Nota: Ésta carta dirigida al presidente de los Estados Unidos Barack Obama fue escrita por mí en abril del 2011. En aquel tiempo los aviones de la OTAN trataban de llevar la "democracia" a Libia como siempre con bombas y cañones. Hoy, más de un año después le toca el turno a Siria.
Los países de Occidente se han propuesto llevar la "democracia" y la "libertad" a este sufrido pueblo, también con bombas y cañones y utilizando a bandidos y mercenarios para lograr sus objetivos.
Los países de Occidente se han propuesto llevar la "democracia" y la "libertad" a este sufrido pueblo, también con bombas y cañones y utilizando a bandidos y mercenarios para lograr sus objetivos.
La historia se repite y la ONU con su Consejo de Seguridad y sus satelites del Medio y Lejano Oriente mirando y callando.
La barbarie se ha apoderado del mundo mientras esta humanidad hace como si no se enterara.
Esto desgraciadamente sucede cuando los muertos los ponen otros. Ahora solo nos queda esperar y preguntarnos: ¿Hasta cuando señor presidente?
Las víctimas de las bombas
“made in USA” en todo el mundo, le exigen a usted que devuelva el premio Nobel
de la Paz que hace un año los “distinguidos señores” del Comité Nobel de
Noruega decidieron entregarle.
¿Cómo se puede participar
en tantas guerras a la vez y al mismo tiempo recibir un premio por la paz a
cambio?
La entrega de ese premio
constituye una ofensa a las cientos de miles de víctima de las guerras que
usted y su camarilla de generales y magnates inventan cada vez que les viene en
gana.
Devuelva ese premio, para
que el señor Alfred Nobel deje de revolcarse en su tumba y pueda descansar en
paz de una vez y para siempre. No olvide que en su testamento él dejó plasmado
bien claro que su premio debía ser entregado "a la persona que haya
trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la
abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción
de procesos de paz".
Yo le pregunto a usted
señor presidente:
¿Qué ha hecho usted a
favor de la fraternidad entre las naciones? ¿Qué ha hecho usted por la
reducción de los ejércitos existentes? ¿Qué ha hecho usted por la promoción de
los procesos de paz en el mundo?
Usted no ha hecho nada
Señor Presidente. Usted no ha hecho otra cosa que continuar “la obra” de su
antecesor.
Ya no es un secreto para
nadie que cuando hace 8 años la Casa Blanca, bajo el mando de George W. Bush
decidió invadir a Irak, éste dio la “orden de ataque” después de haber
manipulado y engañado con alevosía y premeditación a la opinión pública
internacional. Hoy todos sabemos que apoderarse del petróleo iraquí fue el
verdadero motivo.
Gracias a la política de
mira y calla del consejo de Seguridad de la ONU y gracias al beneplácito de sus
“halcones” europeos, lo lograron.
Desde que usted tomó el
poder, no ha hecho otra cosa que mantener una guerra abominable en Iraq, con
cientos de miles de víctimas inocentes, hundiendo a ese sufrido país en el caos
y la violencia.
Usted y el señor Bush
deben ser condenados por Crímenes de Lesa Humanidad.
Devuelva el premio Nobel
de la Paz, usted no se lo merece.
Las noticias, casi diarias
de las cientos de “víctimas colaterales” en el mundo árabe parecen ser ya
normales en la dinámica de nuestra vida diaria. Esta es la perversa realidad a
la que usted y los intereses imperiales que usted y sus políticos representan,
nos han acostumbrado.
Hace apenas unos días, un avión no tripulado de su ejército
asesinó a más de 30 personas inocentes en el noroeste de Pakistán, así, de un
bombazo, como si matar a ciudadanos árabes fuera la cosa más normal del mundo.
Estos no son casos aislados, son masacres que suceden casi a diario en todas
las zonas de conflicto “made in USA”...
¿Cómo se pueden asesinar a personas inocentes basándose en mentiras y manipulaciones en tantos lugares a la vez y recibir un premio a cambio?
¿Cómo se les puede hacer
tanto daño a los pueblos árabes? ¿Qué valor tiene para usted la vida de un
musulmán?
Usted ha engañado a la
humanidad, de la misma manera que sus antecesores de la Casa Blanca.
Hace más de dos años,
cuando usted pronunció por primera vez la frase “Yes, we can” el mundo entero
se llenó de júbilo. Muchos llegamos hasta pensar que todo podía ser posible.
Un
negro como Presidente de los Estados Unidos sobrepasó todas nuestras
expectativas; algunos, los más tontos, hasta empezaron a creer en el “sueño
americano”. Mientras a usted lo paseaban como una “estrella de Hollywood”, el
mundo empezaba a creer que quizás las cosas cambiarían.
Pero nada ha cambiado
Señor Presidente, Usted se ha convertido en un poco de lo mismo. No se puede
tener un premio Nobel de la Paz en la vitrina de la Casa Blanca y al mismo
tiempo bombardear a personas inocentes en nombre de historietas inventadas que
ya nadie se cree.
¿Hasta cuándo, Señor
Presidente?
¿“Yes, we can” de qué?
Ustedes no pueden nada. Ustedes solo saben hacer guerras.
Si usted cree que dar la
orden por teléfono para comenzar un bombardeo sin importarle las pérdidas de
vidas humanas es un acto de poder, pues se equivoca. Bombardear a personas
inocentes que nada le han hecho a su país, no es más que un acto criminal.
Ya son cientos de miles las “víctimas
colaterales” de vuestro terrorismo de Estado. Este es el precio que tiene que
pagar el pueblo libio por poseer grandes reservas de petróleo.
Usted y sus servidores en
el Parlamento Europeo no son más que unos pícaros políticos que viven de inventar
enemigos y hacer guerras para apoderarse de los recursos naturales de las
naciones más débiles.
“Yes, we can”.
¿Quién dijo que usted
puede? Usted no puede nada, usted es sólo un instrumento de los mismo de
siempre, esos demagogos de las políticas, responsables de las desgracias de
este mundo.
¿Cómo se puede dar la
orden de comenzar un bombardeo criminal y después seguir paseándose por América
Latina como si nada, dando sermones sobre libertad y derechos humanos?
Ya usted lo dijo una vez
“No es señal de valentía ni fuerza el lanzar cohetes contra niños que duermen”.
En ese punto le doy toda la razón. Las victorias militares no son siempre
victorias morales y su ejército está acostumbrado solo a las victorias militares,
porque viven de asaltar a los débiles como los animales salvajes, con la
diferencia de aquellos no actúan conscientemente, ustedes sí.
Uno de sus soldados, el
analista de noticias Bradley Manning, se encuentra internado en prisión en la
base de marines El Quantico del estado de Virginia desde hace más de 10 meses.
A Bradley el gobierno que usted preside le acusa de haber suministrado material
de video secreto a Wikileaks. Le propongo que vea uno de los materiales de
video suministrado supuestamente por Bradley, tómese su tiempo para que vea
como helicópteros de combate tipo AH-64 apache, tripulados por sus
soldados masacran a 9 civiles iraquíes y a dos periodistas de la agencia Reuters.
Mire esas imágenes para que vea como esos criminales de guerra “made in USA”
hacen comentarios sádicos mientras asesinan a personas inocentes como si se
tratara de un videojuego en una computadora. Le estoy hablando del ejército de
los Estados Unidos de América, su ejército.
Para su gobierno y su
ejército imperial, Bradley es un traidor que merece la pena de muerte, los
soldados que cometieron esas fechorías son los héroes de su guerra genocida.
Mientras su gobierno
mantiene a Bradley en prisión bajo condiciones infrahumanas, desnudo 23 horas
al día en una habitación fría y sin contacto con el exterior, los verdugos del
pentágono, responsables de cientos de miles de víctimas en Iraq, Afganistán,
Pakistán y ahora en Libia, son los héroes de guerras absurdas, faltas de toda
lógica humana.
¿Ha oído hablar usted del
“Kill Team”? Yo sé que sí, pero no obstante le refrescaré un poco la memoria.
“Kill Team” no es más que
un grupo numeroso de soldados norteamericanos que convirtieron la guerra en
Afganistán en un campo de juegos criminales donde los muertos no eran ni
talibanes, ni “rebeldes”, los muertos eran civiles afganos, personas inocentes,
víctimas de atrocidades, donde sus cadáveres eran presentados por sus
“guerreros a lo Rambo” como trofeos de guerra.
Hay más de 4.000 videos y
fotografías donde se pueden ver las atrocidades de los criminales de guerra que
usted envía por el mundo en nombre de una “guerra contra el terror” o en nombre
de una “asistencia humanitaria” que ni ustedes mismos, ni sus “aliados”
europeos se creen.
¿Quién le dijo a usted,
Señor Presidente, que el mundo árabe necesita de su “ayuda humanitaria”?
¿Quién le dijo usted que
el pueblo libio necesita de sus “guerreros” para resolver sus problemas
internos?
¿Qué espera el Consejo de
Seguridad de la ONU y la Liga Árabe para exigir una resolución de asistencia humanitaria
a Iraq, Afganistán, Yemen y Pakistán para que vuestras bombas y cañones no
sigan segando vidas inocentes? ¿Qué espera su Secretario General Ban Ki-moon
para exigir una resolución que imponga una zona de restricción aérea que limite
las acciones militares de los bombarderos “made in USA” y sus lacayos de
occidente?
¿Hasta cuándo, Señor
Presidente?
El mundo está cansado de
vuestras “intervenciones humanitarias”.
Basta ya del negocio sucio
de la guerra.
¿Cómo usted se puede
llenar la boca para hablar de derechos humanos y de libertades? ¿Dónde están los derechos de su soldado Bradley
Manning?
¿Dónde están los derechos
de los prisioneros musulmanes en la base de Guantánamo que usted ocupa
ilegalmente en territorio cubano?
¿Dónde están los derechos
del pueblo libio, del pueblo palestino, del pueblo iraquí, del pueblo afgano?
¿Dónde está el derecho del
pueblo cubano de tener el sistema político que el mismo estime conveniente?
¿Dónde están los derechos
de los 5 Héroes Cubanos prisioneros injustamente en sus cárceles imperiales?
Devuelva por favor el
Premio Nobel de la Paz que usted no se lo merece. Hágalo por favor para que Alfred
Nobel no siga revolcándose en su tumba. Ya fue demasiado cuando al “Comité de
Oslo” se le ocurrió entregarle el premio a Henry Kissinger el año 1973. Henry
Kissinger, el “ideólogo” de la “Operación Cóndor”
¿Se acuerda de la
“Operación Cóndor” cuyo objetivo era coordinar los aparatos represivos de las
dictaduras latinoamericanas en las décadas de los 70 y 80 para secuestrar y asesinar
a opositores?
Pues a este señor también
le pagaron sus atrocidades y barbaridades en Latinoamérica con un Premio Nobel
de la Paz.
Así anda este mundo donde
se está poniendo de moda repartir premios a la ignominia, la traición y el
abuso para justificar los intereses de políticas imperiales.
Señor Presidente Barack
Obama, entregue su Premio Nobel, usted no se lo merece.
No siga ofendiendo nuestro
sentido común, ni nuestra sensibilidad humana.
Entregue su Premio, hágalo
en nombre de sus “víctimas colaterales” para que descansen en paz.
Justo Cruz
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