miércoles, 6 de noviembre de 2013

Joe Biden y Berta Soler, una macabra foto.



Mientras que el Vicepresidente de los Estados Unidos Joe Biden le daba una “audiencia de 20 minutos” en la Casa Blanca a esa caricatura de “disidente” que se hace llamar Berta Soler, por aquí en Europa, españoles, alemanes, franceses, italianos no dejan de escandalizarse por la desfachatez con la que los “americanos” les han estado espiando.
Lo ridículo en todo esto es que los políticos europeos hacen como si estuvieran sorprendidos, como si todo esto fuera una novedad.
El escándalo alcanzó su máxima expresión en Alemania cuando sus ciudadanos se enteraron de que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) había espionado también el teléfono de su Canciller Angela Merkel. Hasta ese momento a la Canciller no le había importado que millones de ciudadanos alemanes hubieran sido víctima de los espías de la NSA, todo lo contrario, los miembros de su gabinete no escatimaban esfuerzos para poner en duda la credibilidad de las revelaciones de Eward Snowden.
Hace tan solo unas semanas el Ministro del Interior Hans-Peter Friedrich había declarado a la prensa refiriéndose a las revelaciones hecha por Snowden, que las mismas “se habían disuelto en el aire” porque carecían de fundamento. El Ministro de la Cancillería por su parte declaraba que como las acusaciones hecha por el especialista en inteligencia no habían podido ser probadas, declaraba el caso como cerrado.